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México, Distrito Federal, Mexico
Profesor normalista por la Benemérita Escuela Nacional de Maestros; Hizo estudios de Literatura Dramática y Teatro en la UNAM; de Composición Dramática con los maestros: Luisa Josefina Hernández y Hugo Argüelles; De Novela con el Maestro Andrés Acosta; Ha fungido como Jurado en varios eventos de Teatro y de Poesía. Como actor participó en la Compañía de Ofelia Guilmain y en innumerables producciones teatrales a lo largo de treinta años de carrera ¡Y sigue activo!. Como docente ha puesto en escena las obras maestras del teatro clásico y contemporaneo. Es socio de SOGEM y de la ANDA y actualmente se desempeña como Profesor de Teatro en el Instituto Mexicano del Seguro Social y de la Universidad Simón Bolivar. Es un prolífico autor teatral y sus obras más representadas son: "El Diablo no es tan Diablo", "Una Bruja a tu Medida" y "De Veras... La Salud Mental", escribe también cuentos y novelas.

jueves, 17 de junio de 2010

Copa del mundo ¿diversión o maniobra diversiva de masas?

Copa del Mundo: ¿diversión o maniobra diversiva de masas?
Guillermo Almeyra
Debo aclarar, antes que nada, que desde hace más de 75 años, o sea, casi desde que el amateurismo fue sustituido por el incipiente futbol profesional, soy hincha de ese deporte. Pero pienso que no darse cuenta de la utilización ideológica y política del campeonato mundial de futbol por el capitalismo, es dar prueba de enorme superficialidad y gran ingenuidad. Porque el futbol hace décadas que dejó de ser un deporte para transformarse en un negocio que mueve centenares de miles de millones de dólares y, en particular, desde la utilización que le dio el nazismo en los años treinta, en herramienta de propaganda política para obtener aunque sea una momentánea unión nacional detrás de los gobiernos.

No es necesario recordar la promoción del deporte de Estado por Mussolini, Hitler o Stalin, o lo que fue para la dictadura el Mundial de Futbol que Argentina ganó en Buenos Aires, mientras fuera de los estadios desaparecían decenas de miles de los mejores jóvenes y otros luchadores, entre ellos cientos de deportistas y atletas profesionales. Ese futbol donde unos cuantos muy bien pagados juegan ante millones de personas que jamás podrán practicar un deporte porque no tienen campos, salarios ni alimentación suficientes, ni tiempo libre al terminar sus trabajos extenuantes y mal pagados, y por eso simplemente miran la caja idiota que, de paso, se populariza y redime cada tanto de sus crímenes contra la conciencia política y la cultura populares, aunque aparezca como una diversión es, en realidad, una maniobra diversionista.

Como en la época de los emperadores romanos, si no hay mucho pan se da circo para que la gente no piense o, mejor dicho, que piense en cosas sin importancia, creyendo participar y ser sujeto en un espectáculo promovido por los dueños del poder para controlar incluso los sentimientos y dar una falsa sensación de alegría a las víctimas del capital, desviando su atención de las crisis, las matanzas, el desastre ecológico, la desocupación, las hambrunas, la explotación y la opresión.

Como las drogas, este tipo de futbol crea una burbuja, un mundo ficticio. Es más, hoy, en la mayoría de los países el futbol profesional, es el verdadero opio del pueblo, mucho más que la religión, pues ésta no llena la vida de los hinchas desde el lunes hasta el miércoles y desde el viernes hasta el fin de semana con la misma intensidad ni de la misma manera absoluta. También como las drogas, la prostitución o las industrias del juego y de los entretenimientos (o sea, de los instrumentos cotidianos de dominación del capital y de encarrilamiento del tiempo libre de las clases dominadas), ese tipo de deporte pasivo y tramposo es un excelente negocio.

La FIFA (Federación Internacional del Futbol Asociado) posee más de mil millones de dólares y el año pasado ganó 300 millones simplemente cobrando comisiones a las federaciones integrantes. Y la compra-venta de jugadores –quienes encuentran en un mundial una vidriera para su exposición– mueven cientos de millones de dólares que quedan en manos de los dirigentes de los clubes, de los intermediarios y representantes, y de otros tantos coyotes, y sólo en muy pequeña medida llegan a los modernos gladiadores de este circo.

Por supuesto, aunque en todas partes del mundo se presenta la utilización capitalista de un deporte popular (Silvio Berlusconi es propietario del Milán y en ese carácter obtiene votos de imbéciles, y Mauricio Macri, el gobernador de la ciudad de Buenos Aires, fue elegido porque fue presidente del Boca Juniors, con el voto de miles de hinchas despistados), la magnitud de esa utilización varía de acuerdo con la orientación política de los diversos gobiernos.

En efecto, en todas partes se cuecen habas, pero, como decía Juan Gelman, en algunas se cuecen sólo habas… Los gobiernos mal llamados populistas en particular, intentan hacer del deporte (pasivo, televisivo) una herramienta ideológica para construir una efímera unión nacional y una fuente de gloria moderna y barata, de cartón pintado.

En Argentina, por ejemplo, el gobierno le quitó al monopolio Clarín el futbol por abonamiento televisivo (un negocio de 4 mil millones de dólares) y lo transmite gratis, para todos, y con motivo de este mundial regaló más de un millón de decodificadores digitales para que todos lo pudieran ver. Sin duda, esas medidas constituyen una democratización de los espectáculos. Sin embargo, hay un pero: el canal oficial –el 7– se saturó de futbol, eliminó los programas informativos y de opinión, así como los debates de todo tipo, y así dio un importante impulso a la estupidización de la opinión pública y a la utilización demagógica de los recursos públicos, que podrían haber sido destinados a usos culturales, reforzando la campaña diversionista del capital mundial.

De modo que, en la mayor crisis económica y social del capitalismo mundial y en una crisis ecológica que podría ser fatal para el destino de la civilización y del planeta, viviremos preocupados durante un mes por unas pelotas y, perdónenme la expresión, por unos pelotudos charlatanes y explotadores de la ingenuidad. También en esto, una civilización en profunda descomposición imita los métodos de la decadencia del siglo III de nuestra era, durante el Bajo Imperio Romano.

sábado, 5 de junio de 2010

DESFILADERO por Jaime Avilés

Desfiladero

¿Día de luto nacional? ¡No! ¡Justicia! ¡Basta de patrañas!
Jaime Avilés
Daniel Hernández, de 13 años, César Alejandro Cuéllar, de 15, y Eduardo Cuéllar, de 17, agregaron sus nombres a la interminable lista de niños mexicanos asesinados por el "gobierno" de Felipe Calderón. Regresaban de la escuela a sus casas, en Reynosa, Tamaulipas, cuando cerca del poblado Los Cavazos fueron ametrallados por elementos del Ejército, según testigos, "por no detenerse" en un retén militar. Pero, ¿de veras no se detuvieron?

Porque la noche del sábado 3 de abril, Martín Almanza Rodríguez, de 30 años, quien manejaba una camioneta en la que se dirigía con su esposa, sus hijos y otra familia hacia la playa de Bagdad, en Matamoros, sí se detuvo, a la altura del kilómetro 118 de la carretera Nuevo Laredo-Reynosa, ante otro retén militar, y sin embargo los soldados comenzaron a dispararle, dando muerte a Bryan Almanza, de cinco años, y Martín Almanza Salazar, de nueve.

En aquellos momentos, en la memoria colectiva aún estaba fresco el recuerdo del asesinato, cometido también por soldados, de dos estudiantes del Tec, de una rica señora que circulaba en una camioneta negra, y de un matrimonio a la puerta de una fábrica, todo esto en Monterrey. Cuando se produjo el fusilamiento de los niños Almanza en Nuevo Laredo, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, volvió a enrollarse las mangas de la camisa retórica, como queriendo pelear a trompadas contra todos los cárteles del mundo a la vez, y corrió sobre los nuevos cadáveres la enésima cortina de humo verbal del sexenio, para tratar de ocultar lo inocultable.

Millones de mexicanos hemos recibido con indignación el anuncio de que hoy es día de luto nacional, en memoria de los 49 niños que el 5 de junio del año pasado murieron asesinados por la corrupción, la incompetencia y la impunidad gubernamental en la guardería ABC de Hermosillo. ¡Basta de patrañas!

De nada valdrán las caras largas, las corbatas negras, las banderas a media asta, los discursos hipócritas, mientras no sean detenidos, juzgados y sentenciados por sus respectivas culpas en el homicidio de los 49 niños, Juan Molinar Horcasitas, ex director del Seguro Social, quien asignó la guardería a quienes mantenían a los menores hacinados en ella en condiciones de alto riesgo; Eduardo Bours Castelo, gobernador de Sonora el día de la tragedia; Daniel Karam, director del Seguro Social el día de la tragedia, y la decoradora de interiores y amiga íntima de Margarita Zavala de Calderón, Carla Rochín Nieto, coordinadora de guarderías del Seguro Social el día de la tragedia.

Junto con ellos deben ser detenidos, juzgados y sentenciados, por las mismas causas, Sergio Salazar Salazar, Arturo Leyva Lizárraga y Noemí López Sánchez, quienes eran, respectivamente, director nacional de prestaciones económicas del IMSS, delegado estatal del IMSS en Sonora y jefa del departamento delegacional de guarderías del IMSS el día de la tragedia.

Asimismo deben ser detenidos, juzgados y sentenciados Wilebaldo Alatriste Candiani, Ernesto Vargas Gaytán, Fausto Salazar Gómez y Jorge Melchor Islas, quienes eran, en ese orden, titular de Protección Civil, secretario de Hacienda, director general de recaudación de Hacienda y subdirector de control vehicular de Hacienda, por parte del gobierno de Sonora, el día de la tragedia. A la cárcel y a los tribunales deben acompañarlos Ernesto Gándara Camou, quien era presidente municipal de Hermosillo, y Jesús Davis Osuna y Roberto Copado Gutiérrez, quienes eran responsables del área de inspección y vigilancia municipal el día de la tragedia.

Y desde luego, tienen que enfrentar sus responsabilidades penales los dueños de la guardería, empezando por Marcia Altagracia Gómez del Campo, prima de Margarita Zavala de Calderón, y sus socios. Mientras ninguno de los integrantes de este grupo de infanticidas sea molestado con el pétalo de una orden de aprehensión el país seguirá sumido en la furia y la repugnancia contra quienes dicen y creen que nos gobiernan.

Si hemos de ser congruentes, que también sea de luto nacional la fecha en que por última ocasión fue vista con vida Paulette Gebara Farah, toda vez que luego del hallazgo de su cuerpo en un lujoso condominio del estado de México, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) tomó muestras de su cerebro, sus pulmones, sus riñones, su humor vítreo y su sangre, y tras analizarlas en su laboratorio de la ciudad de Quantico, Virginia, el pasado 12 de mayo a las 15:07 horas, emitió el reporte número 100422023, del caso 163G-MX-14103, y concluyó que la niña había sido víctima de un homicidio, según consta en las redes sociales de Internet.

Por tanto, al avalar con su silencio la versión oficial del ex procurador mexiquense, Alberto Bazbaz, y de su equipo de fabricantes de mentiras, en el sentido de que la muerte de Paulette fue accidental, Enrique Peña Nieto se hizo cómplice, por encubrimiento, de los autores de ese homicidio. En realidad, en México deberían ser de luto nacional todos los días del año, pues a diario pierden la vida inocentes de todas las edades por culpa de una pandilla de fascistas voraces, ineptos e irresponsables, que día tras día edifica una dictadura sanguinaria delante de nosotros y sin la menor discreción.

¿O si no qué significa eso de que, muy pronto, todos los estados de la República y el Distrito Federal estarán a las órdenes de una "superpolicía única", dirigida por Genaro García Luna? ¿Y después qué vendrá? ¿La declaratoria del estado de excepción y la suspensión de garantías individuales? ¿Y luego? ¿El aplazamiento indefinido de las elecciones de 2012 y la proclamación de Felipe, el terror de los niños, como caudillo de México por la gracia de Dios, de Obama, de Zapatero, de British Petroleum y de Repsol?

¿Será ese, el de Calderón y García Luna, el "grupo de poder" al que aludió Fauzi Hamdan ante el micrófono de Carmen Aristegui, al hablar del secuestro de Fernández de Cevallos? Todo puede pasar ya en las ruinas del patio trasero de un imperio gobernado por un canalla como Obama, que optó por agacharse a lamer los zapatos del ejército de Israel y justificar por medio de su vicepresidente el bombardeo con fósforo blanco, la lluvia de balas, las detenciones, las golpizas, el robo de dinero y celulares y demás vejaciones cometidas por Tel Aviv contra una flotilla de ayuda humanitaria a Palestina, en la que viajaba, entre otros, el genial novelista sueco Henning Mankell.

Pero canallas hay en todas partes –¿a poco?, dirán ustedes–, y el gobernante de Francia, Nicolás Sarkozy, olvidó a la secuestradora Florence Cassez en cuanto su homólogo mexicano le compró millones de dosis de una vacuna contra la polio, llamada Opvero, que fabrican los laboratorios galos Sanofi Pasteur, y que terminó de aplicarse ayer en todo el país, en el marco de la Semana Nacional de Salud. El medicamento fue distribuido dentro de un envase con instrucciones, ojo, "en inglés, francés y griego, pero no en español", denuncian médicos amigos de esta columna. La innecesaria adquisición de este producto en el extranjero, añaden, perjudicó a los trabajadores del laboratorio mexicano Birmex, que por tal motivo dejaron de producir la vacuna antipolio Sabin.

El negociazo, sin embargo, sirvió para algo que nos debe llenar de orgullo patrio a todos. El pasado 9 de febrero, en París, Sarkozy condecoró como caballero de la Legión de Honor al secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, en reconocimiento a su labor de "más de 30 años en favor de las buenas relaciones de México y Francia". ¡Por favor, basta de patrañas! ¡Justicia a Paulette, a los bebés de Sonora y a todos los niños asesinados por Calderodes!

jamastu@gmail.com